Karla
Lara y Rita Trautmann, publicado en la revista alemana ILA, febrero 2017,Ed.402
Karla Lara - cantautora y periodista radial |
La banda „Puras Mujeres“ hace su debut en el segundo
encuentro de trabajadoras domésticas, han pasado 20 años desde que la
cantautora hondureña Karla Lara se presenta por primera vez públicamente. Son
20 años, en los cuales ella ha logrado
realizarse en un mundo de la música dominado por hombres artistas,
tratando temas políticos y feministas en sus canciones. Y ahora ella trae con
la banda “Puras Mujeres” artistas jóvenes a la tarima. „Somos trabajadoras“ es una campaña de la Red Nacional de Trabajadoras Domésticas de
Honduras para llamar la atención sobre la situación precaria de las
trabajadoras domésticas. La banda “Puras Mujeres” apoya a la campaña con una
canción del mismo título.
SOMOS
TRABAJADORAS
Letra y música: Melissa Cardoza y Karla
Lara
Me
miro en el espejo veo los cerros de mi pueblo en mis recuerdos
las
piedras del camino que me trajo acá
vine
a buscar lo que todas queremos
trabajo digno, sonrisas y respeto
No
tengo espacio para tus maltratos
estoy
harta de recoger hasta el último trapo
yo
se lo que es bueno, yo lo que sobra
cuidarme,
quererme, luchar con mis compas
tengo ganas de volar en mis propios
brazos
Quiero
dormir donde el aire me pegue
donde
el sol sea suave
donde
no hayan quehaceres
quiero
sentir que trabajo y sostengo
a
mis hijas creciendo
a mis propios intentos
Todo
el mundo quiere comer
todo
el mundo quiere beber
todo
el mundo quiere placer
Nosotras
también, nosotras también
Somos trabajadoras, no somos sus servidoras
Somos trabajadoras, no somos sus servidoras
ni
gata, ni nacha, ni tu muchacha
somos
trabajadoras, somos trabajadoras
ni gata, ni nacha,
ni tu muchacha.
Desde la experiencia de su vida Karla Lara sabe muy bien
qué significa oponerse al machismo y a estructuras patriarcales. Ella es
defensora de derechos humanos y periodista de radio. Mediante su trabajo
periodístico acompaña a trabajadoras domésticas en su lucha por condiciones
laborales decentes. Karla cuenta: “Reportar sobre mujeres en sí es algo
político; pero contar la historia de trabajadoras domésticas, significa mucho
más.”
Trabajadoras domésticas educan niñxs, cocinan, limpian y
les facilitan a mujeres y hombres de la clase media y alta, ejercer sus profesiones,
desempeñarse en cargos públicos y participar en la vida social. Pero las
trabajadoras domésticas mismas son invisibles en la sociedad. Desde que las trabajadoras domésticas comenzaron a
organizarse y luchar por sus derechos,han hecho pública la precaria situación
laboral en la que viven.
Gabriela Pineda Bustillo, miembra de la Red Nacional de Trabajadoras Domésticas de
Honduras, empezó a trabajar en este sector cuando tenía 12 años. “En mi
primer empleo ganaba 40 lempiras diarios (menos de dos dólares) y me
contrataron para leerle a una señora muy mayor revistas, horóscopos y la parte
de sociales del periódico”, cuenta Gabriela. Un año después falleció la señora
y entonces por el mismo pago le dijeron que aprovechara para “aprender a hacer
cosas que deben saber las mujeres”, así que barrió grandes patios, cuidó niños,
trapeó, lavó platos, todo por el mismo salario por el que antes solo se enteró
de lo deleita y decorosa que era la vida pública de la alcurnia tegucigalpeña y
sus alrededores.
Gabriela es una entre muchas. En Honduras se estima que
aproximadamente 100.000 mujeres trabajan en este sector. En su mayoría son
mujeres jóvenes, a veces menores de edad. Las jóvenes provienen de familias
social- y económicamente desfavorecidas y por lo tanto tienen que empezar a
buscarse la vida a muy temprana edad. La mayoría de las mujeres viene de áreas
rurales a las ciudades para tener acceso a una educación superior y en búsqueda
de mejores oportunidades. El empleo doméstico es para muchas de ellas el único
chance. En el sector del trabajo doméstico juegan las siguientes factores un
rol importante: la proveniencia social y étnica, la religión más la mezcla de
patriarcado con una estructura colonial persistente, que marcan hasta hoy en
día la sociedad y las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
Para las mujeres jóvenes el trabajo doméstico es muchas
veces su primera experiencia afuera de su familia de origen. Un hecho, que les
desfavorece, porque desconocen sus derechos laborales y tampoco saben a quien
dirigirse para descubrirlos.
Gabriela recapitula: “Antes me pasaba que estábamos como un
nudo, ni para allá ni para acá, Antes yo escuchaba compañeras quejándose en los
buses, por ejemplo, yo decía pero y de qué se queja si tiene trabajo?” Se ríe: “...
es lo mismo que le meten a una en la cabeza y yo hasta daba consejos: si usted
lo que tiene que hacer es obedecer. Porque a mi me inculcaron eso desde
chiquita, la obediencia...”
El trabajo doméstico en Honduras está reglamentado en el
código de trabajo en los artículos 149 hasta 165. El trabajo de los servicios
domésticos abarca según el código las siguientes quehaceres: amas de llaves,
nodrizas, cocineras, ayas, chóferes particulares, sirvientes, niñeras,
lavanderas y los de otros oficios de esta misma índole. En pocas palabras: todo
para que el hogar funcione. La definición exacta de las tareas depende de
los/las empleadores/as.
Según la ley, las trabajadoras domésticas tienen vacaciones
y les permite atender a escuelas nocturnas. En cuanto a feriados y tiempo
libre, para las trabajadoras domésticas no se aplica las mismas reglas como
para los/as demás empleados/as. Lo que les concede son 10 horas de descanso
diario y un día libre por semana, eso significa 14 horas de trabajo ó por lo
menos estar disponibles para las necesidades de la familia empleadora. Cuando
el/la empleador/a muera, el contrato continúa con los familiares sin consultar
a la trabajadora doméstica. Una razón de despedir a una trabajadora doméstica
es por ejemplo el hecho de llegar a la casa con una enfermedad contagiosa.
El pago no se orienta por el salario mínimo, sino depende
de la opinión del/la empleador/a. En promedio las trabajadoras domésticas
reciben entre 1000 y 1600 Lempiras por mes. De éste salario normalmente se
descuenta el 30 % por la alimentación. Esto no refleja condiciones laborales
decentes si no condiciones de esclavitud.
En 2013 el convenio 189 sobre el
trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos de la
Organización Internacional de Trabajo (OIT) entró a vigencia. Hasta el momento
el convenio fue ratificado por 23 estados. Honduras no lo ha ratificado.
Para
mejorar la situación de las trabajadoras domésticas, la organización Centro de
Estudios de la Mujer (CEM-H) empezó a apoyar a la Red de Trabajadoras
Domésticas. Durante 2 años, 30 mujeres fueron capacitados en el tema de
derechos laborales para el trabajo doméstico. Actualmente estas mujeres ya
pueden brindar asesoría a sus compañeras.
“Ahora
que ya conocí este espacio cuando me hacen algo ya siento como que me puyan...
Ahora reconozco cuando me están violando un derecho... y ahora les digo, miren
yo estoy en una Red que apoya Cemh, Bru LePont, la invito, no nos quedemos así,
porque ahora que tenemos la información ya no podemos dar ese tipo de consejos,
ya no hay que decirles que siga aguantando, porque la gente no necesita solo
que la escuchen sino que necesita ser asesorada, a veces hay problemas muy
graves en este trabajo como el acoso sexual, han habido violaciones aunque la
gente no las denuncie”, relata Gabriela. “Mi sueño ahorita es la apuesta del
fortalecimiento de la Red, en eso estamos trabajando, estamos haciendo todo lo
posible porque creo que con una Red bien establecida, con foros, con mucha
información creo que puede cambiarnos mucho la vida. ..A mi ya me cambió la
vida.... definitivamente si”.
La Red trabaja en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Cada año
organizan un encuentro. El segundo encuentro de la red se dio lugar en
noviembre de 2016 en Tegucigalpa con la lema: „empleo digno, salario justo“.
La demandas principales son la ratificación del convenio
189 de la OIT y la aprobación de una ley, que garantice el pago del salario
mínimo a las trabajadoras domésticas. Ambas demandas forman parte de la campaña
„Somos trabajadoras“.